La mitad de los problemas de fertilidad radican en el hombre. De hecho, la concentración de espermatozoides ha disminuido entre un 50 y un 60% durante las últimas décadas en los países industrializados. Cada vez son más los estudios que señalan a los hábitos alimentarios inadecuados como el origen de esta tendencia. Sigue leyendo y conocerás las pautas nutricionales que tienen mayor impacto en la fertilidad masculina.
Dado que una de cada seis parejas tiene problemas al intentar concebir hijos, es muy importante identificar los factores dietéticos que tienen influencia sobre la fertilidad. Las investigaciones a lo largo de la historia han tenido su foco en la mujer, sin embargo, el papel de los parámetros masculinos (como la calidad del semen) está ganando presencia de manera exponencial.
Las conclusiones nutricionales con mayor evidencia recogidas hasta el momento son las siguientes:
- Resulta beneficioso aumentar la ingesta de grasas poliinsaturadas, principalmente las ricas en omega-3, y evitar altas cantidades de grasas saturadas y trans. Es decir, se recomienda una alimentación con un alto consumo de frutos secos, semillas, aceites vegetales (como el de Oliva Virgen Extra), pescado (principalmente el azul, como el salmón o el atún) y legumbres. Mientras que el consumo elevado de productos con aceites procesados (Ej. Snacks industriales, bollería, patatas fritas de paquete…), aumentan parámetros negativos para la fertilidad. La composición de Ácidos Grasos Poliinsaturados (PUFAs) en la membrana de las células espermáticas es importante. Una proporción aumentada de PUFAs en dicha membrana tiene un efecto positivo en la producción, concentración y motilidad de los espermatozoides, mientras que la presencia de ácidos grasos saturados y trans da lugar al efecto opuesto. Además, nuestro cuerpo es incapaz de sintetizar PUFAs, de ahí la importancia de aumentar su ingesta a través de la dieta.
- Es clave aumentar el consumo de alimentos con actividad antioxidante, de entre los que se destacan: alimentos ricos en vitamina C (Ej. Pimiento rojo o verde, col rizada o de Bruselas, papaya, guayaba, fresas, etc.) y vitamina E (Ej. Brócoli, espinacas, nueces, almendras, semillas, avellanas, etc.). La actividad que se da lugar en la membrana celular de los espermatozoides los hacen muy susceptibles al daño celular y estrés oxidativo. No obstante, los antioxidantes presentes en los alimentos ayudan a prevenir la producción de radicales libres, mejorando la calidad del semen (principalmente la motilidad) y las posibilidades de embarazo.
- Seguir un estilo de vida que englobe un patrón de alimentación saludable es la acción que más impacto positivo guarda con los parámetros reproductivos. Es decir, aquellas pautas que sean favorables para la salud y la calidad de vida en general, también lo serán para la fertilidad masculina. Por ejemplo, se ha estudiado que la dieta mediterránea (caracterizada, por el consumo de cereales integrales, legumbres, vegetales, aceite de oliva y pescado) se asocia con mejoras en la calidad del semen, mientras los patrones con un consumo elevado de carne roja, cereales refinados, refrescos azucarados y, en general, productos ultraprocesados, se vinculan con menor concentración, cantidad y motilidad de los espermatozoides.
En definitiva, basa tu alimentación en alimentos de calidad, priorizando aquellos de origen vegetal, ricos en grasas saludables (como el pescado azul) y sin procesar.
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Redactado por: Marta Aguilar Díaz
Fuente: https://www.fertstert.org/article/S0015-0282(18)30426-6/fulltext Nassan, F. L., Chavarro, J. E., & Tanrikut, C. (2018). Diet and men’s fertility: does diet affect sperm quality? Fertility and Sterility, 110(4), 570–577. doi: 10.1016/j.fertnstert.2018.05.025