Gracias a la criopreservación es posible tener un bebé por reproducción asistida con la misma probabilidad que con embriones frescos, no obstante, este método encarece ligeramente el procedimiento.
Las parejas que se someten a técnicas de fertilización in vitro (FIV), normalmente congelan los embriones que no se van a transferir al útero de la madre, con el objetivo de aumentar las probabilidades de embarazo, si este no tiene lugar al primer intento, o bien para su uso futuro en caso de querer tener un segundo hijo. Los investigadores de la Universidad de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Min (Vietnam) y de la Universidad de Adelaida realizaron un estudio, gracias al cual, concluyeron que la eficacia de ambos tipos de embriones es la misma.